A principios de 2020, un virus golpea repentinamente al mundo, se cierran las fronteras y las ciudades se paralizan. La economía es una máquina compleja que no soporta las paradas bruscas.
Durante la pandemia de COVID-19, los gobiernos de la mayoría de los países comenzaron a actuar de forma inédita: cerraron negocios, enviaron a la gente a casa y empezaron a repartir cantidades ingentes de dinero para mantener a flote a la población.
Parecía lógico y humano, pero las leyes económicas no se pueden engañar. Esto se hizo especialmente evidente en Estados Unidos. Entonces, la aterradora palabra «hiperinflación» apareció en los medios de comunicación por primera vez en muchas décadas.
Ahora que la pandemia ha pasado a un segundo plano, sustituida por guerras y sanciones, debemos recordar cómo el sistema económico estuvo a punto de colapsar y comprender cómo evitar esos errores en el futuro.
¿Por qué el dinero no crece en los árboles?
En la primavera de 2021, el Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) se enfrentó a un problema único.
Millones de personas perdieron sus empleos, las empresas cerraron y la vida tal y como la conocíamos se paralizó. Para evitar el empobrecimiento masivo, la Fed comenzó a imprimir dinero en cantidades que antes parecían inimaginables.
En efecto, el Gobierno estadounidense creó una situación en la que el dinero comenzó a «caer del cielo». Se trataba de los llamados «cheques de estímulo», pagos directos por un total de cientos de miles de millones de dólares a los ciudadanos estadounidenses. Al mismo tiempo, el Gobierno concedió enormes préstamos a las grandes empresas a tipos de interés cero. Todo ello provocó un exceso de dinero en la economía.
La economía es obstinada y el exceso de dinero afectó instantáneamente a los precios. Los precios comenzaron a subir más rápido de lo que los salarios de los estadounidenses podían adaptarse a las nuevas condiciones. Pronto, los analistas comenzaron a advertir sobre la hiperinflación, un fenómeno en el que el dinero pierde rápidamente su poder adquisitivo y los precios suben varias veces al mes o incluso a la semana.
¿Qué podría conducir a una hiperinflación real?
En 2021, la economía estadounidense se enfrentó a varios retos, cada uno de los cuales podría haber llevado a una hiperinflación real:
1. Exceso de oferta monetaria (impresión de dinero)
Uno de los principios fundamentales de la economía establece que cuanto más dinero se pone en circulación, menos vale cada dólar. Por eso, imprimir dinero sin restricciones significa devaluarlo. En EE. UU., se pusieron en circulación billones de dólares durante la pandemia, lo que podría haber provocado un grave aumento de la inflación.
2. Descenso de la producción y escasez de bienes
El cierre de fábricas y plantas en todo el mundo ha provocado una escasez global de bienes y componentes. Esto ha dado lugar a una oferta insuficiente de bienes en el mercado y a un exceso de dinero en manos de la población, un escenario clásico en el que los precios suben inevitablemente.
3. Escasez de mano de obra
En Estados Unidos se ha producido una situación paradójica. Debido a que el Gobierno ha concedido prestaciones demasiado generosas, a muchos estadounidenses les resulta más rentable quedarse en casa que trabajar. Esto ha creado una situación en la que hay muchos puestos de trabajo vacantes, pero no hay suficientes trabajadores. Los salarios comenzaron a subir, pero eso no ayudó a que la gente volviera al trabajo. Como resultado, los costes de producción aumentaron y los productos se encarecieron.
4. Crisis logística y problemas con el combustible
Las crisis del petróleo y los combustibles se han convertido en otro factor que contribuye al aumento de la inflación. Cualquier interrupción en el suministro de combustible afecta inmediatamente al coste de la entrega de mercancías. En Estados Unidos, en la primavera de 2021, en el contexto de la pandemia, se produjo también un ataque informático contra el oleoducto más importante, Colonial Pipeline, que provocó una grave escasez de combustible en la costa este del país. Esta crisis nos ha demostrado lo fácil que es alterar el equilibrio económico.
¿Por qué se evitó el desastre?
Contrariamente a las predicciones más pesimistas de los analistas, no se produjo una hiperinflación en EE. UU. Los precios subieron significativamente, pero no alcanzaron un punto crítico. Varios factores contribuyeron a ello:
- Respuesta oportuna de la Reserva Federal: La Reserva Federal comenzó a subir gradualmente los tipos de interés, lo que ralentizó el crecimiento de la oferta monetaria y estabilizó el mercado.
- Restablecimiento de las cadenas de suministro: la economía demostró ser lo suficientemente flexible como para restablecer gradualmente la logística y cubrir el vacío en el mercado de bienes.
- Adaptabilidad del mercado laboral: las empresas aumentaron los salarios, comenzaron a contratar activamente y el mercado volvió gradualmente a la normalidad.
Sin embargo, es fundamental comprender que Estados Unidos estuvo a solo unos pasos de una verdadera catástrofe.
Lecciones que hay que aprender
La pandemia de COVID-19 ha pasado gradualmente a una fase de inestabilidad geopolítica causada por conflictos, sanciones y guerras comerciales. Hoy en día, nos encontramos una vez más al borde de la crisis económica. A continuación se ofrecen tres consejos esenciales para ayudar a los economistas y responsables políticos modernos a evitar repetir los errores del pasado:
- Para evitar una oferta monetaria descontrolada, la impresión de dinero debe realizarse de forma moderada y reflexiva. Las cantidades excesivas de efectivo siempre provocan aumentos de precios.
- Estimular el trabajo y la producción. Las prestaciones no deben sustituir a los salarios. Es importante mantener un equilibrio para que siempre sea rentable para las personas trabajar y contribuir a la economía.
- Proteger la logística y las cadenas de suministro. El mundo debe estar preparado para las crisis y las perturbaciones. Una infraestructura fiable ayudará a suavizar las perturbaciones inflacionistas.
La economía siempre se mueve en ciclos: a los auges les siguen las crisis, y las crisis siguen a las crisis. Hoy en día, estamos viviendo una nueva ola de crisis provocadas por la guerra y los conflictos mundiales. Sin embargo, la agitación provocada por la pandemia nos ha enseñado lecciones importantes que nos ayudarán a evitar el colapso total.
Los políticos y los bancos centrales deben actuar con cautela y prudencia, aprendiendo de los errores del pasado y manteniendo la estabilidad en el mercado laboral y el sistema financiero. Y lo más importante, debemos recordar que detrás de las cifras económicas hay personas reales con sus historias de vida, sus problemas y sus esperanzas de un futuro mejor.